En 2012, el expresidente uruguayo José Mujica defendió la legalización del cannabis como una alternativa al prohibicionismo. En diciembre de 2013, Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en regular completamente el mercado de cannabis para uso adulto. Diez años después, el 51% de los uruguayos que consume cannabis lo hace legalmente, comprando en farmacias, cultivando en casa o a través de clubes cannábicos. Según un informe oficial, la ley ha logrado reducir el narcotráfico, con el acceso al mercado ilegal cayendo del 58% en 2014 al 24% en 2022.
Uruguay, con 3,4 millones de habitantes, optó por la legalización del consumo recreativo antes que el medicinal o industrial. La ley 19.172, apoyada por la izquierda y rechazada por la centroderecha, regula la producción, venta y consumo de cannabis, enfocándose en la prevención del uso problemático y la seguridad pública. A 2023, solo Uruguay, Canadá y algunos estados de EE.UU. han legalizado totalmente la venta de cannabis para uso adulto.
El Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA) estima que hay 250.000 usuarios de cannabis en Uruguay, con 86.207 registrados para acceder legalmente. Los desafíos incluyen atraer a los consumidores del mercado ilegal aumentando puntos de venta y variedades de cannabis. El registro obligatorio es controvertido, especialmente entre los sectores más pobres.
Para comprar cannabis en farmacias, los usuarios deben registrarse, ser mayores de 18 años y ciudadanos o residentes de Uruguay. No se permite el acceso a turistas. El consumo mensual está limitado a 40 gramos, con un precio de aproximadamente 12 dólares por paquete de cinco gramos. El registro de adquirentes en farmacias incluye 61.129 personas; 14.592 están habilitadas como cultivadores domésticos, y 10.486 pertenecen a clubes cannábicos.
La ley parece cumplir su objetivo de reducir el narcotráfico, aunque existen "zonas grises" donde el cannabis legal se vende ilegalmente. Los expertos sugieren incrementar los puntos de venta y la variedad de la oferta. La regulación no tiene marcha atrás, y se destaca la importancia de proteger el derecho de las personas a consumir cannabis libremente.
En resumen, Uruguay ha avanzado en la regulación del cannabis, logrando reducir el narcotráfico y brindando un mercado legal a más de la mitad de los consumidores. Sin embargo, quedan desafíos por enfrentar, especialmente en atraer a los usuarios del mercado ilegal y mejorar el acceso y la variedad del cannabis disponible.
Fuente: El País, Diciembre 2023